sábado, 29 de enero de 2011

Son muchas las razones...

por las que uno se vuelca en una pagina. Soledad, introspección, perplejidad, necesidad, aburrimiento, comprensión. A veces porque uno comprende cosas. A veces porque uno no comprende una mierda. A veces es tan poco lo que uno comprende que pareciera no haber palabras que alcansen a describir lo poco que uno comprende.
Hoy, por ejemplo. Hoy quisiera llorar. Quisiera no haber abierto mi bocota y no haber sembrado la discordia entre dos personas que solo pueden ver lo que sus ojos les dejan ver. Como todos, va, como la mayoría de nosotros. Hoy me pase de la raya y quisiera como en tantas otras ocasiones volver atrás y morderme la lengua. Sospecho que lo que siento es la verdad, y que no fue con mala intención. Pero años de terapia nos llevan a ponernos en duda todo el tiempo y a pensar si realmente uno no tiene nada que ver con "la mala de la película".
Maldigo el momento en que el cristianismo sembró la culpa y broto cual yuyo por estas tierras. Maldigo el momento en que preste mi oreja a un conflicto que nada tenia que ver conmigo y traicioné no solo a dos personas queridas sino también a mis mas profundos principios.