miércoles, 21 de julio de 2010

La Vaca.

Estaba hoy trabajando y se me cruzó por la cabeza la vaca. Musa inspiradora de tantos escritos escolares, la vaca apareció hoy ante mi. Pensé en ella y en lo que hace durante su vida. La vaca rumie, se reproduce, se echa, mua, y produce leche y no mucho mas. La vaca, existe nada mas y nada menos que para rumiar, reproducirse y echarse. Es, también, una maquina de comer y posee uno de los sistemas digestivos mas sorprendentes del reino animal. No olvidemos que la vaca come pasto. Si, si, pasto. Comiendo nada mas y nada menos que pasto la vaca logra pesar arriba de los 500 kilos y producir alrededor de 4800 litros de leche a lo largo de su vida.
Ahora, la vaca no va a la escuela, (mal que le pese a María Elena Walsh) no va a la facultad, no se casa, no tiene pasiones ni obligaciones. La vaca es.
No me parece menor entonces que la naturaleza, sabia como es, haya dedicado tanto tiempo y tanta evolución a un animal que mucho no parece hacer. Fue ahí cuando me dije... Quizás esta aquí para ser. no hacer. Ser parte de un todo, un equilibrio, un sistema meticulosamente pensado. No tiene que cambiarlo, dirigirlo, sustituirlo, alterarlo y menos que menos arruinarlo. La vaca solo tiene que respetarlo y así se asegurara una vida larga y plena.
Lo interesante de todo esto es que el ser humano parece haber entendido mal el rol de la vaca y por consiguiente el propio. Parece que los hombres se olvidaron de su lugar en el mudo. Somos animales. Animales con la capacidad de observar, retener, analizar y razonar. No mucho mas.
Sospecho a veces que somos el último capricho de la naturaleza que, terminando ya su trabajo en la tierra, quiso compartirlo y nos creó para que pudiéramos apreciar y ser partícipes de su gran creatividad e ingenio. Pero algo salió mal, alguien no entendió nada y al igual que las maquinas de Matrix perdimos el control y tomamos posesión de nuestra creadora. Cerramos los ojos y empezamos a correr en todas las direcciones menos la correcta. Violamos el orden, dejamos de escuchar.
Nos comimos las vacas, los cerdos y las manzanas venenosas. Alteramos el orden de los factores hasta llegar a un punto en que alteramos también el producto haciéndolo incompatible con el sistema y, mal que nos pese a nosotros, se va acumulando producto en las grietas que vamos dejando. Nos va tapando, tapa los ríos, el aire, las venas, los pulmones y los ojos.
Cada vez vemos menos, respiramos menos y lloramos menos. Ya no extrañamos a nuestra mamá porque estamos convencidos de que venimos de una probeta.
La ironía yase quizás en el echo de que un humano mira la vaca y ve leche, manteca, crema y yogurt cuando una vaca resulta ser una de las creaciones mas increíbles de la madre naturaleza.
Yo, por mi parte, hoy veo a la vaca y lloro pero no me queme con leche, simplemente entendí algunas cosas. Hoy pensé en todas las Auroras, Alicias y Margaritas que pastan en las praderas. Hoy comprendí a los hindúes.


En fin, puedo estar equivocando me. De echo, ojalá no este en lo cierto.

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